Rodrigo Sánchez

Rodrigo tiene recuerdos en bici desde que le alcanza la memoria. De pequeño no salía de casa sin su bici sin pedales, a los tres años empezó a pedalear y ya me gustaba ir por el monte. “En mi barrio había una escuela de ciclismo de la Federación de Madrid, mis padres me apuntaron y aquello era el paraíso. Pero al poco de empezar nos fuimos a vivir a Estados Unidos y aunque allí montaba en bici, no fue hasta la vuelta a España que empecé a competir”, explica. Le compraron una bici de ciclocrós, que usaba también con cubiertas de carretera. En cadetes empezaron los viajes, la Copa de España y siempre los estudios, tanto en el Instituto como el violín que ha tenido que aparcar por la coincidencia de los ensayos con las competiciones. Su ídolo Carlos Rodríguez. Su modo de correr, su inteligencia y humildad son referentes. El lugar preferido de Rodrigo son los Pirineos.