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“Aunque cueste un poco más por no estar acostumbrados, hay que adaptarse”

La adopción de severas medidas para luchar contra la expansión del coronavirus y frenar urgentemente la presión sobre el sistema sanitario, con el decreto del Estado de Alarma por parte del gobierno español y una de sus grandes concreciones en el confinamiento de muchos millones de personas, ha cambiado de la noche a la mañana el día a día de muchas personas. Seres humanos de edades dispares, aficiones diversas y ocupaciones múltiples. Nos acercamos a la estructura júnior de la Fundación Alberto Contador para conocer cómo uno de sus integrantes, el barcelonés Arnau Gilabert, vive este día a día.

Gilabert, juvenil de segundo año, es una de las caras nuevas incorporadas desde la última edición del Campus de Selección y en este arranque de año ha sido uno de los corredores más destacados. “Es algo complicado llevar todo esto, pero hay que adaptarse”, relata Arnau Gilabert al respecto de este parón forzoso con su consecuente confinamiento. Su día a día, en muchos sentidos, ha desaparecido completamente. “Antes trabajaba en un almacén de fruta por las mañanas, me entrenaba al mediodía e iba al instituto por las tardes. Tenía todo el día ocupado. Ahora es imposible. Ahora no puedo trabajar porque apenas hay faena, casi no se vende nada”, añade.

De cara a este período, empero, Gilabert sigue al pie de la letra los consejos que permiten vivir un más llevadero encierro forzado. “Sobre todo intento seguir los hábitos que ya tenía. Cuando me levanto desayuno tranquilamente, entreno sobre el rodillo, también aprovecho para descansar un poco y relajarme haciendo alguna de las cosas que me gustan y que hasta ahora, por los horarios, no podía hacer: leer libros relacionados con el ciclismo, ver alguna película… Uno de mis libros favoritos es Jugar con el corazón de Xesco Espar y actualmente me estoy leyendo Sé imparable. De las películas que quizás más me hayan gustado estos días, tanto Creed 1 como Creed 2”.

Y por supuesto, los estudios, siempre muy tenidos en cuenta dentro de la dirección de la Fundación Alberto Contador y más dentro de la estructura juvenil. Arnau cursa en la actualidad un Grado Medio de Mecánica. “A las cinco de la tarde me pongo con las clases, no hay que descuidarse. Desde el instituto nos piden tareas. Seguimos conectados con los profesores a través de Internet. Aunque cueste un poco más por no estar acostumbrados, hay que adaptarse a las circunstancias y como dicen, no nos podemos descuidar”.

Cuestionado sobre si echa de menos las carreras, Gilabert es muy sincero: “Muchísimo, la verdad; más que nada porque inicie la temporada con buen pie yendo de menos a más con el último fin de semana en la Víctor Cabedo y la verdad es que me gustaría poder darle continuidad a todo el trabajo realizado. Y creo que no hay mejor sitio para demostrarlo que en competición”.

📸 @flandiers

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